En el artículo de hoy te explicaré por qué estamos engordando. Analizaremos todas las causas y veremos que medidas tienes que aplicar para evitarlo.
Hablaremos de genética y obesidad. Explicaremos cómo nuestros genes nos hacen engordar. Veremos que la epigenética, a través de la alimentación y nuestros hábitos de vida, es capaz de controlar cómo funcionan nuestros genes.
Para acabar hablaremos del poder de la industria alimentaria, desvelaremos qué lleva realmente un menú de comida rápida.
Pon lo cinco sentidos, porque te voy a contar algo realmente preocupante y que afecta a todo el mundo.
Lo que vas aprender
Evolución de la alimentación humana
No somos las mismos que hace 50 años, y si no preguntale a los mayores y te dirán lo mucho que ha cambiado todo.
Ni comemos lo mismo, ni nos movemos igual.
La evolución del ser humano y con ello el avance de la sociedad nos ha hecho comportarnos de manera diferente.
Procesos que antes eran impensables ahora somos capaces de resolverlos en cuestión de segundos, sin movernos del sofá con un simple clic.
Además comer fuera de casa ha pasado a ser algo cotidiano para mucha gente. Consumimos más comida rápida que nunca, tomamos muchas más grasas, azúcares simples y sal de lo necesario.
Hablando del azúcar y la sal. ¿Sabías que pueden llegar a ser tan adictivas como las drogas?
El azúcar y la sal hacen que el cerebro produzca una sustancia llamada dopamina que genera adicción de la misma manera que lo hacen las drogas
Puede parecerte un poco sensacionalista esta afirmación, pero no es para menos. En futuros artículos hablaremos largo y tendido sobre este tema.
Ahora sigamos buscando respuestas a por qué estamos engordando. Pasemos hablar de nuestros genes.
Obesidad genética
La genética te predetermina antes de nacer. De ella depende tu pelo, el color de tus ojos, tu carácter. En definitiva, te define a tí.
Eres el producto de la información genética que tus padres te transmitieron al nacer, y de igual manera tu le transmitirás a tus hijos. Así generación tras generación.
Entonces ¿Quienes son nuestros antecesores?

Pues bien viajemos al pasado para descubrir de dónde venimos. Nos trasladamos a 180.000 mil años atrás.
Ahí están los homo sapiens, quizás pienses que poco tenemos que ver con ellos. Pero no es así.
Tenemos la misma nutrigenómica que el homo sapiens.
Los genes que permiten mayor absorción de alimentos, los que almacenan más calorías y nutrientes son los que han sobrevivido la selección natural y la evolución de las especies.
La idea es sencilla, sobrevivir en un entorno hostil con pocos alimentos.
Estos genes siguen a día hoy están en nuestro ADN. Son los genes ahorradores.
Los genes ahorradores
Los genes ahorradores han permitido la supervivencia de la especie. Pues en la antigüedad para comer había que cazar o recolectar, y no todos los días era eso posible.
En la época del homo sapiens, si había comida se comía todo.
Si era posible se comía antes lo más calórico, y gracias a este genotipo ahorrador el organismo lo guardaba en forma de grasa.
Lo que ha ocurrido es que hemos cambiado nuestras costumbres pero no han cambiado nuestros genes
Los últimos avances en nutrigenética han encontrado hasta 600 genes que están relacionados con la obesidad genética.
Son los genes relacionados con la capacidad de almacenar grasa de manera rápida.
Además determinan que tengamos más o menos apetito y nos inclinemos por elegir alimentos más calóricos.
Somos víctimas de nuestro ADN
En la actualidad tenemos a nuestro alcance una desmesurada cantidad de comida que en muchas ocasiones resulta ser muy calórica.
Seamos francos por más que hayamos desarrollado el nivel cultural y social, no vamos a eliminar la carga genética.
Nuestro ADN nos lleva inevitablemente a:
- Comer todo lo que tenemos delante. Tendemos a comer todo aquello que tengamos en el plato.
- Comer alimentos más calóricos. Si nos dan a elegir entre una ensalada y unas patatas fritas, elegiremos las patatas.
Si estás leyendo esto supongo que eres consciente de la situación y no será una novedad para ti. Seguramente formará parte de las batallas de tu día a día.
La solución no pasa por cambiar el ADN, pues es imposible.
En cambio, aunque parezca sorprendente, podemos hacer que los genes se comporten de manera diferente controlando factores como la alimentación y los hábitos de vida.
Esto es lo que se conoce como epigenética
Epigenética
La epigenética recientemente ha comprobado que podemos controlar en cierta medida cómo se comportan los genes que nos predisponen a la obesidad y otras enfermedades.
Para tratar de explicar un poco más esto te voy a poner un ejemplo.
Imagina una bombilla. La bombilla es capaz de generar luz (es algo evidente), pero si a pesar de tener una bombilla la dejamos apagada seguiremos a oscuras.
Así pues, una buena alimentación y unos hábitos de vida saludable harán que tus genes no te hagan engordar o llegar a padecer enfermedades a las que estabas predispuesto
Si estamos aquí es gracias a nuestra inteligencia. Usémosla para seguir una alimentación adecuada a nuestro tiempo.
Para ayudarte con ello hemos preparado un ebook totalmente gratuito donde encontrarás todo un programa semanal con consejos nutricionales y recetas de cocina que te harán adquirir hábitos de vida saludable fácilmente.
Sigue leyendo, te explicaré hasta qué punto la obesidad se ha convertido en unos de los problemas más graves de salud de nuestros días.
Dimensiones de la obesidad
La Organización Mundial de la Salud estima que en 2030 el mundo se enfrentará a la crisis de la obesidad.
Por primera vez existen más personas con sobrepeso y obesidad que con hambre en el mundo.
Se estima que tres de cada cuatro personas estarán por encima de su peso, con un 70% de personas con sobrepeso y un 30% obesidad.
La obesidad es la nueva enfermedad del siglo XXI.
La obesidad está considerada el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad mundial en la actualidad, y lo peor está aún por llegar.
Hemos visto que la evolución y nuestros genes son los causantes de esta situación, pero aún hay más.
A continuación te contaré cómo la industria alimentaria hace que no paremos de comer.
El poder de la industria alimentaria
Te voy a contar una anécdota que me pasó el otro día y todavía no dejo de darle vueltas.
Haciendo zapping dí con un programa de TV que afirmaba enseñarte a cocinar de manera sana publicitando, atención, “pastillas de caldo”.
¿Has pensado en algún momento que lleva una pastilla de caldo? ¿Un perrito caliente? ¿o una hamburguesa?¿un kebab?¿o las salchichas que les das tus hijos?
Vivimos en una sociedad gobernada por la publicidad, la industria alimentaria y la comida basura.
A diario nos bombardean con anuncios en televisión, paneles publicitarios, incluso en internet y las redes sociales.
La industria alimentaria y la comida rápida nos han llevado a una sociedad obesogénica.
La maquinaria de la publicidad es capaz de controlar nuestras emociones y aprovecharse de nuestras decisiones para su beneficio.
Tal vez piensas que se me está yendo de las manos, que estoy exagerando un poco. Pero yo te pregunto:
¿Cuantos anuncios has visto con caras sonrientes y de placer mientras dan un mordisco a una hamburguesa o beben un refresco azucarado?
Te diré algo: Están jugando con nuestras emociones para conseguir ventas.
La idea es simple, generar una falsa sensación de felicidad, bienestar y éxito.
Son sensaciones que todos buscamos. La publicidad promete obtener esas recompensas de forma inmediata a través de sus productos.
Si unimos esta cultura de la publicidad y la inmediatez junto con el deseo primitivo de alimentarnos tenemos una mezcla muy peligrosa.
La comida basura satisface (de manera temporal) el hambre y el deseo de comer algo rico, pero no nos aporta los nutrientes necesarios para que nuestro organismo funcione correctamente.
Como no consigues los nutrientes necesarios, el cuerpo sigue pidiendo más comida y por ello no podemos parar de comer.
La comida basura está cargada de azúcares malos, sal y grasas saturadas, que será almacenada en tu cuerpo haciéndote engordar.
Como imaginarás a la industria alimentaria esto le da igual. Priman los resultados económicos por encima de la salud a largo plazo de los consumidores.
Para que lo veas más claro, te voy a poner un ejemplo de lo que nos aporta un menú mediano de una cadena de comida rápida.
Una hamburguesa + patatas fritas medianas + un refresco mediano tiene:
- 1,100 kcal, que corresponde al 55% de calorías que una persona tipo necesitaría en todo un día.
- 68 g de grasa, con esta cantidad ya tendríamos el 100% de las grasas que debemos consumir en todo un día.
- 42,5 g de azúcar, 85 % de los azúcares que deberíamos consumir en un día.
En una sola comida ya tendrías más de la mitad de calorías necesarias. ¿Sorprendido?
Pero fijate, en las grasas aún es peor. En una sola comida ya tenemos el 100% de las grasas que necesitamos. Las grasa saturadas podrían hasta superar lo recomendado.
En cambio, no te van aportar ni vitaminas, ni minerales que son vitales para en nuestro organismo.
Comer comida rápida hace que a tu organismo no le dé tiempo a poner en marcha los mecanismos que nos hace sentirnos saciados.
Tiendes a comer mayor cantidad de lo habitual.
Consecuencias del sobrepeso y la obesidad
Tener sobrepeso u obesidad te puede causar problemas para tu salud
La obesidad es causa directa de enfermedades como, la diabetes tipo II, el cáncer, colesterol elevado, enfermedades cardiovasculares y enfermedades relacionada con el hígado, problemas respiratorios, artrosis y hasta problemas ginecológicos.
La obesidad es considerada como uno de los factores de riesgo más importantes que causan la muerte.
Conclusiones
Hemos visto que gracias a nuestra genética hemos conseguido evolucionar hasta nuestros tiempos, pero ha día de hoy esto se nos ha vuelto en nuestra contra.
Tenemos que tomar conciencia y apostar por una alimentación adaptada a nuestras necesidades.
Elegir una buena alimentación y unos hábitos saludables no es una opción sino es la solución en sí misma.
Decir esto es muy fácil. Como se suele decir palabras se las lleva el viento.
Yo quiero ir un paso más allá y ayudarte a que empieces hacer las cosas bien desde el principio.
Por ello te animo a que te unas a nuestra comunidad donde recibirás consejos de nutrición y cocina saludable regularmente.
Además recibirás totalmente gratis un programa semanal con consejos nutricionales y recetas de cocina que te harán adquirir hábitos de vida saludable fácilmente.
Estamos en una época donde la "falta de tiempo" hace que todo lo queramos de forma inmediata, en este caso la comida.
En mi caso yo sufro sobre peso, debido a los malos hábitos que tengo desde que mi trabajo se volvió más difícil, y estoy empezando a sentir los estragos de todo esto.
Ahora ya no sé cómo regresar a mi peso normal, por qué al hacer ejercicio me canso demasiado al punto de desmayarme o vomitar, empecé con la dieta saludable pero aún así me sigo sintiendo mal.
Espero esta situación no rebase a la humanidad, si no estamos perdidos.
Hola Denisse,
En primer lugar gracias por animarte a dejarnos un comentario.
Respecto a lo que comentas de la falta de tiempo y la inmediatez que deseamos las cosas es algo generalizado y que le afecta a mucha gente.
Como todo en la vida es cuestión de organizarse y priorizar. La salud debería de ser una de nuestras prioridades.
En referencia a tu caso personal decirte que si quieres nosotras podemos estudiar tu caso de manera personalizada, y así ver donde estás fallando y donde te podemos ayudar.
Si quieres échale un vistazo a nuestras consultas de nutrición online
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Un saludo y mucho ánimo.
Debemos replantearnos nuestros estilos de vida y cambiar drásticamente los hábitos para convertirlos en saludables, la genética también pasa factura…
Efectivamente Raquel la clave de una buena salud es cambiar nuestros hábitos, pero a partir de ahora no estaréis solos. Nosotros os acompañaremos y asesoraremos en el camino.
Estoy contigo Verónica la publicidad y la industria alimentaria nos bombardean con la comida basura.
Vivimos en un mundo de abundancia pero nuestra obligación es saber gestionarla.
Tenemos que elegir buenos alimentos que se adapten a nuestras necesidades reales y evitar caer en la trampa de la industria.